Santa Maravillas de Jesús

Santa Maravillas de Jesús

La Llamada de Dios

María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde su infancia, sintió una llamada especial de Dios para consagrarse a Él. Su juventud la dedicó a ayudar a los necesitados, y pronto se sintió atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz.

Ingresó en el Carmelo

En 1919, María ingresó en el Carmelo de El Escorial, donde se entregó a una vida de oración y contemplación. Fue allí donde descubrió su verdadera vocación: fundar monasterios de Carmelitas Descalzas en España y en el mundo.

Un lugar de oración y reparación

En 1924, María fundó un monasterio de Carmelitas Descalzas en El Cerro de los Ángeles, un lugar que consideraba el centro geográfico de la península ibérica. Allí, junto al monumento del Corazón de Jesús, quiso crear un lugar de oración y reparación por la Iglesia y por España.

Persecución y fidelidad

Durante la persecución religiosa en España, María brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor. Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa, fundó otros diez Carmelos, recuperando lugares de tradición teresiano-sanjuanista.

Virtudes y ejemplo

María se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y bondad unida a la firmeza ante quienes la tenían por verdadera madre. Su testimonio de virtudes enseñó a sus hermanas el camino de la santidad.

Canonización

En 2003, María de las Maravillas de Jesús fue canonizada por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de Colón, en Madrid. Su legado sigue vivo en la Orden del Carmelo y en la Iglesia Católica, como ejemplo de fidelidad y amor a Dios.