El Día del Santísimo Nombre de Jesús
El 3 de enero, la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús, una fiesta que tiene sus raíces en el siglo XIV. Desde los comienzos de la Iglesia, los fieles han invocado con fervor el Nombre de Jesús, que significa Yahveh es salvación. El culto al Nombre de Jesús se propagó gracias a la labor de santos como San Bernardino de Siena y sus discípulos, quienes lo veneraban con gran devoción.
El monograma IHS y su significado
San Bernardino de Siena solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella y, en el medio, se veía el monograma IHS, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ). Con el tiempo, la tradición devocional le añadió un significado a las siglas: I, Iesus (Jesús), H, Hominum (de los hombres), S, Salvator (Salvador). Juntos quieren decir Jesús, Salvador de los hombres. Este monograma se convirtió en el emblema de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola.
Una fiesta que nos recuerda la salvación
La celebración del Día del Santísimo Nombre de Jesús nos recuerda la gran obra de salvación que Jesús realizó por nosotros. Como decía San Bernardino de Siena, Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia. El Nombre de Jesús es un llamado a la confianza y la fe, un recordatorio de que somos amados y salvados por Dios.
Un legado de devoción y amor
A lo largo de la historia, el culto al Nombre de Jesús ha sido un legado de devoción y amor que ha unido a los creyentes. From las celebraciones litúrgicas del siglo XIV hasta la actualidad, el Día del Santísimo Nombre de Jesús nos recuerda la importancia de invocar con confianza el Nombre de Jesús, que es nuestro Salvador y Redentor.